lunes, 5 de septiembre de 2011

OSHO - El Silencio


El silencio es la explosión de la inteligencia. Silencio quiere decir: dentro de tí, eres sólo espacio, espacio sin estrépitos. Silencio quiere decir que has puesto a un lado todo el mobilario de la mente - los pensamientos, los deseos, las memorias, las fantasías, los sueños - todo lo has empujado al lado. Estás mirando la existencia directamente, inmediatamente. Estás en contacto con la existencia sin nada entre tí y la existencia. Eso es silencio....

El silencio se puede escuchar. Y cuando lo escuchas hay un entendimiento inmediato. El entendimiento viene como una sombra siguiendo el silencio. Entender las palabras y escuchar las palabras es muy simple. Cualquiera puede hacerlo: sólo se necesita un poco de educación sobre el lenguaje, no mucha. Pero se necesita una transformación tremenda para escuchar al silencio y entender el silencio. El silencio tiene que surgir de tu ser mismo.
Hay dos tipos de silencio: uno es el que cultivas, el otro es el que llega. Tu silencio cultivado es nada más que la bulla reprimida.... Lo puedes lograr con la práctica pero es como sentarte encima de un volcán - el cual puede estallar en cualquier momento, por cualquiera pequeña excusa. Esto no es verdadero silencio, sino un silencio forzado.

El silencio que se origina de tu ser mismo, que no se impone ni desde afuera ni desde adentro pero que llega justo al contrario -- llega, surge desde adentro hacia afuera, se origina en el centro y se expande hacia la circunferencia.... ese es un fenómeno totalmente diferente.
El silencio que nace así, es tan grande que puede contener las palabras, puede contener el habla. Nada puede perturbarlo, es un silencio que no tiene miedo de las palabras. Hay gente que no habla, que parece estar en silencio. Su silencio parece estar en contra del habla -- y un silencio que se pone en contra del habla todavía es parte del habla. Es una ausencia: no es una presencia.

¡La ausencia del habla no es mi silencio! El silencio es una presencia. Te puede hablar. Te puede cantar. Tiene una energía tremenda. No es vacuo, es una realización.
El verdadero silencio no es el silencio del cementerio, no es el silencio de la muerte. Es el silencio de la vida, un silencio pulsando con la vida, que al pulsar es positivo, afirmativo. Es un gozo. No es la ausencia de la preocupación. Es la presencia del éxtasis.

Uno puede escapar y lograr un cierto silencio - pero sólo será una ausencia de tensión, que no es nada especial. El silencio verdadero tiene que existir en la plaza del mercado, en la muchedumbre, ¡en plena rumba! Cuando nada te distrae, cuando nada te perturba, estás centrado. Sé en el mundo, deja que el servir a la gente sea tu meditación y luego encontrarás que llegas al silencio. No escapes, no busques el silencio en el aislamiento o en lugares solitarios. Puedes llegar al silencio, puedes ser meditativo -- dentro del mundo.
Aprende el silencio. Con tus amigos, con tus amantes, con tu familia, de vez en cuando siéntate con ellos en silencio, sin chismear, sin hablar. Deja de hablar y no sólo afuera -- acaba con el monólogo interior. Siéntanse y no hagan nada, sólo siendo presencias unos para otros. Pronto encontrarán una nueva manera de comunicarse a través del silencio.
El silencio tiene que pasar por tres puertas: Una es la más perifrica: el habla. Habla telegráficamente. Habla lo esencial. Te darás cuenta que noventa por ciento de tu habla es inútil; sólo necesitas diez por ciento. Pero ese diez por ciento será más efectivo, más significativo.
El primer paso es hablar lo esencial, sé telegráfico. Luego el segundo paso: piensa sólo lo esencial y te sorprenderá. Noventa y nueve por ciento es algo innecesario; sólo uno por ciento es esencial y ese uno por ciento quizás, tal vez, pero lo demás es todo estiércol de vaca sagrada.
Deja de pensar innecesariamente sobre cosas innecesarias.
Dejando de pensar lo inútil te ahorrará tanta energía que se puede tomar el tercer paso. El tercer paso es lo más sutil: sentir sólo lo esencial. Y si llegas a lo esencial entonces hay sólo amor. La rabia, la codicia, la lujuria -- todas esas cosas no son esenciales. Son parásitos, te están explotando. Cuando llegas a lo esencial sólo queda el amor. Y cuando tu corazón es sólo amor tu puedes entrar al centro mismo del silencio.
Hay que pasar por estas tres cosas: el exterior de la mente: el hablar; el interior de la mente: el pensar y el interior más profundo: el sentir.
Y cuando has pasado por todas; luego hay silencio. Y ese silencio es la puerta para encontrar lo divino.
Tanto como tu silencio crece, tu amabilidad y amor crecen; tu vida se transforma en una danza de momento a momento, en un regocijo, en una celebración.

Fuente: Esta compilación viene de varias charlas espontáneas de Osho Rajneesh y se dedica a los poetas de Cali que están trabajando La Poesía del Silencio. 

miércoles, 10 de marzo de 2010

Que es la Meditación? (OSHO)

Meditación es aventura, la aventura más grande que pueda emprender la mente humana. Meditación es ser, simplemente, sin hacer nada -sin acción, sin pensamiento, sin emoción. Simplemente, sos y es un deleite puro.
¿De dónde viene este deleite cuando no estás haciendo nada?
No viene de ninguna parte, o viene de todas partes. Es sin causa, porque la existencia esta hecha de una sustancia llamada deleite.
Cuando no estás haciendo nada en absoluto -corporalmente, mentalmente, ni a ningún nivel, cuando paró toda actividad y solamente sos, eso es meditación. No podés hacerlo, no podés practicarlo, solamente tenés que entenderlo.

Siempre que puedas encontrar un tiempo para ser, simplemente, dejá el hacer. Pensar también es hacer, concentrarse también es hacer, contemplar también es hacer. Incluso si por un momento dejás de hacer y solamente te quedás en tu centro, totalmente relajado, eso es meditación. Y una vez que le hayas encontrado el truco, podés quedarte en ese estado todo el tiempo que quieras; al final, vas a poder quedarte en ese estado las 24 horas.


Una vez que te des cuenta la forma en que tu ser puede quedarse imperturbable, entonces de a poco, podés empezar a hacer cosas, manteniéndote alerta de que tu ser no se agite. Esa es la segunda parte de la meditación; primero, aprender a ser, y después aprender con pequeñas actividades; limpiando el piso, dándote una ducha, pero manteniéndote centrado. Después, podés hacer cosas más complicadas.
Por ejemplo, ahora te estoy hablando, pero mi meditación no se perturba. Puedo seguir hablando, pero en mi centro no corre siquiera una brisa; hay silencio nada más…Silencio absoluto.

Entonces la meditación no está en contra de la acción. No es que te tengas que escapar de la vida. Solamente te enseña una nueva forma de vida: Te volvés el centro del ciclón.


Tu vida sigue, sigue realmente con mayor intensidad, con más alegría, con más claridad, con más visión, con más creatividad -sin embargo, estás más distanciado, sos solamente un vigía en la cima, observando todo lo que pasa a tu alrededor; no sos el que hace, sos el que observa.


Ese es todo el secreto de la meditación, que te convertís en el observador.

El hacer sigue en su propio nivel, no hay problema: Cortando leña o sacando agua del pozo. Podés hacer cosas pequeñas o grandes; lo único que no se permite es que pierdas tu centro.


viernes, 12 de febrero de 2010

Búsqueda Espiritual

Se habla permanente de "La Espiritualidad", del "Despertar hacia la espiritualidad", como  frases que se están poniendo de moda. 
No establece enlace directo con ningún tipo de religión, aunque muchos utilizarán ese medio para conectarse. 
Cada uno establecerá la conexión que uno mismo necesite. 
Podemos establecer dicha conexión de muchas maneras y todas estarán bien, no hay una regla y nadie puede decirnos como establecerla, lo importante es la búsqueda de ese camino, de esa conexión. 
La búsqueda de la espiritualidad, nos lleva a recorrer numerosos caminos y no todos ellos tendrán exito, de todos ellos solo uno tomaremos como el correcto y ese camino nos guiará hasta encontrar lo que buscamos.
Como pueden ser estos caminos?
1. Conectar con el alma, el yo profundo.
2. Conectar a traves del cuerpo.
3. Conectar a traves de la naturaleza.
4. Conectar con Dios o con un poder superior.
5. Conectarse con las demás personas, ya sea individual o grupal.
6. Conectarse con el arte, con la música.

Meditacion (del libro de OSHO) 
Iluminación
 En el momento en el que os ilumináis, toda la existencia se ilumina. Si estáis en la oscuridad, entonces toda la existencia está a oscuras. Todo depende de vosotros.
Hay mil y una mentiras alrededor de la meditación. Esta es muy sim­ple: no es otra cosa que conciencia. No es recitar, no es emplear un man­tra o un rosario. Estos son métodos hipnóticos. Pueden proporcionaros un cierto descanso. No hay, nada malo en ello, si lo único que se pre­tende es la relajación. Cualquier método hipnótico puede ser de ayuda, pero si se quiere la verdad, no basta. 
La meditación simplemente significa transformar vuestra inconscien­cia en conciencia. Por lo general, solo una décima parte de nuestro cere­bro es consciente, y nueve décimas partes son inconscientes. Únicamen­te una parte pequeña de la mente, una capa fina, posee luz; por lo demás, la casa está a oscuras. Y el desafío es hacer crecer esa pequeña luz para que toda la casa se inunde de luz, con el fin de que ni un nicho o rincón queden en la oscuridad.
Entonces toda la casa rebosa luz, y la vida es un milagro; tiene la cua­lidad de la magia. Deja de ser ordinaria y todo se vuelve extraordinario. Lo mundano se transforma en lo sagrado y las cosas pequeñas de la vida comienzan a tener una importancia tremenda, que ni siquiera habríamos imaginado. Las piedras corrientes parecen tan hermosas como los dia­mantes, toda la existencia se ilumina. En el momento en el que os ilu­mináis, toda la existencia se ilumina. Si estáis en la oscuridad, entonces toda la existencia está a oscuras. Todo depende de vosotros.

Aficcionados y Expertos
   Todos los grandes descubrimientos los hacen los aficionados.  
Siempre sucede... cuando empezáis un trabajo nuevo, sois muy crea­tivos, os involucráis profundamente, proyectáis todo vuestro ser. Entonces, poco a poco, os vais familiarizando con el territorio. Y en vez de ser originales y creativos, comenzáis a ser repetitivos. Eso también es natural, porque cuanta más habilidad adquirís en cualquier trabajo, más repetitivos os volvéis. La destreza es repetitiva. 
De manera que los grandes descubrimientos los hacen los aficiona­dos, nunca la gente experta... porque una persona experta pone mucho en juego. Si sucede algo nuevo, entonces, ¿qué será de su vieja habilidad? Durante años ha aprendido y se ha convertido en un experto. Por ello los expertos jamás descubren nada; nunca van más allá de los límites de su conocimiento. Por un lado se vuelven más y más diestros, y por el otro, más y más aburridos, hasta que el trabajo parece una carga. Porque ya no hay nada nuevo que pueda entusiasmarlos... ya saben lo que va a pasar, saben lo que van a hacer; no hay sorpresa en ello. 
Así pues, aprended una lección: es bueno alcanzar una habilidad, pero no es bueno acostumbrarse a ella para siempre. Cuando os surja la sensación de que las cosas se han estancado, cambiadlas, inventad cual­quier cosa, añadid algo nuevo, borrad algo viejo. Volved a ser libres del patrón en el que habéis caído, lo que significa ser libres de vuestra habi­lidad; volved a ser aficionados. Eso requiere coraje y agallas, pero así es como se torna hermosa la vida.

Que es la Meditación? (OSHO)


M
editación es aventura, la aventura más grande que pueda emprender la mente humana. Meditación es ser, simplemente, sin hacer nada -sin acción, sin pensamiento, sin emoción. Simplemente, sos y es un deleite puro.

¿De dónde viene este deleite cuando no estás haciendo nada?
No viene de ninguna parte, o viene de todas partes. Es sin causa, porque la existencia esta hecha de una sustancia llamada deleite.
Cuando no estás haciendo nada en absoluto -corporalmente, mentalmente, ni a ningún nivel, cuando paró toda actividad y solamente sos, eso es meditación. No podés hacerlo, no podés practicarlo, solamente tenés que entenderlo.

Siempre que puedas encontrar un tiempo para ser, simplemente, dejá el hacer. Pensar también es hacer, concentrarse también es hacer, contemplar también es hacer. Incluso si por un momento dejás de hacer y solamente te quedás en tu centro, totalmente relajado, eso es meditación. Y una vez que le hayas encontrado el truco, podés quedarte en ese estado todo el tiempo que quieras; al final, vas a poder quedarte en ese estado las 24 horas.


Una vez que te des cuenta la forma en que tu ser puede quedarse imperturbable, entonces de a poco, podés empezar a hacer cosas, manteniéndote alerta de que tu ser no se agite. Esa es la segunda parte de la meditación; primero, aprender a ser, y después aprender con pequeñas actividades; limpiando el piso, dándote una ducha, pero manteniéndote centrado. Después, podés hacer cosas más complicadas.
Por ejemplo, ahora te estoy hablando, pero mi meditación no se perturba. Puedo seguir hablando, pero en mi centro no corre siquiera una brisa; hay silencio nada más…Silencio absoluto.

Entonces la meditación no está en contra de la acción. No es que te tengas que escapar de la vida. Solamente te enseña una nueva forma de vida: Te volvés el centro del ciclón.


Tu vida sigue, sigue realmente con mayor intensidad, con más alegría, con más claridad, con más visión, con más creatividad -sin embargo, estás más distanciado, sos solamente un vigía en la cima, observando todo lo que pasa a tu alrededor; no sos el que hace, sos el que observa.


Ese es todo el secreto de la meditación, que te convertís en el observador.

El hacer sigue en su propio nivel, no hay problema: Cortando leña o sacando agua del pozo. Podés hacer cosas pequeñas o grandes; lo único que no se permite es que pierdas tu centro.